Pip pipipipip pipipipipipipip pipipipipipipipipipipipipipip. Maldito despertador! 6:20 am y suena. Me tengo que levantar. ¿6:20 am?? ¿Me tengo que levantar? Ahhh si si. Es lunes y hoy empiezo el gimnasio. Vamos a ver si logramos bajar esos quilitos demás, quilitos por ser generoso. Preparo el desayuno, me pongo la ropa deportiva (que obviamente tuve que comprarme para la ocasión) y salgo para el gimnasio. Voy caminando. Llego al gimnasio y ahí esta ella: Rosana. Mi primera personal trainer, esta re fuerte, yo ya lo había notado en su voz dulce y suave cuando llame para averiguar. “Buendía!” Apenas me saluda y enseguida nos acercamos a la bicicleta fija para la entrada en calor, yo quería charlar un rato más. “Hacé 10 minutos de bici y arrancamos con los ejercicios” me dice con esa voz tan dulce. Isquiotibiales se puso a hacer ella (decía isquiotibiales en la camilla por eso lo sé), imaginatelá, casi no pude pedalear. Pasan 10 minutos y suena la alarma de la bici diciendo que terminó el tiempo. Ya estoy cansado. Vamos de ejercicio en ejercicio y no paro de mirarla, pero hago fuerza, mucha fuerza… quiero impresionarla.
Martes 6:20 otra vez el despertador. Me duele la mitad del cuerpo, pero me levanto enseguida, hay alguien que me espera en el gimnasio y no le puedo fallar. Desayuno, ropa deportiva, me cago de frío en el camino y al gimnasio. Otra vez bici, agregamos 20 minutos de cinta y nuevos ejercicios. La sigo sorprendiendo y contemplando a la vez.
Miércoles y el maldito despertador suena 6:20. No me puedo mover. Tengo el cuerpo duro, me duele todo. Fue prácticamente imposible lavarme los dientes porque casi no puedo apretar el dentífrico. No intento abrir la ducha porque se que no voy a poder. Pero bueno, se que va a estar ella en el gimnasio así que emprendo viaje hacia allí. Llego arrastrándome, pero enseguida la veo y actúo como si nada me doliera. Me dice: “y? como vas? Con algún dolorcito?”. Le contesto: “no, no. Apenas un poco acá” y me señalo el pecho. Después de hacerle creer que estuve 15 minutos pedaleando y que corrí por 20 minutos me dice: “hoy hacemos piernas”. Lo que me faltaba! Ahora si que la completo.
Jueves 6:20 y el despertador que suena. Hasta el alma me duele. No siento nada. Hoy no camino hasta el gimnasio ni loco. En eso escucho Pip pipipipip pipipipipipipip pipipipipipipipipipipipipipip me quede dormido y la p#@%*&!!!!! Hago todo lo más rápido que puedo y me tomo un taxi. Llego media hora tarde al gimnasio y ahí estaba ella esperándome. Mira el reloj y con una mirada pícara me dice: “nos quedamos dormidos?”. Desde cuando dormimos juntos?? Porque no te preocupas un poco por tus cosas que yo me encargo de las mías flaca escurrida! En el trabajo me cargan todos, no soy el mismo de antes.
Viernes 11:00 llego al trabajo. Sí, eran las 11 de la mañana y llegaba una hora tarde a laburar. ¿El gimnasio? No fui, y qué. No se porque habré creído eso de que el gimnasio hace bien, que la buena vida y todo eso. Yo estoy hecho un trapo, me duele todo, tengo mal humor todo el día y estoy a punto de perder el trabajo que tanto me costo por un gimnasio de miércoles (miércoles, martes, jueves, lunes, viernes, sábado).
Sábado 12:00 prendo el celular y me encuentro con un mensaje de Rosana retándome porque no fui al gimnasio ni ayer ni hoy. Y a vos que carajo te importa flaca! Estas re loca si pensas que te voy a hacer caso, además sos una creída y te andas haciendo la linda por ahí, rubia teñida. No me puedo ni vestir y vos querés que siga rompiéndome en el gimnasio. Aprovecho que no me puedo vestir y que es sábado y decido quedarme en la cama (porque obviamente moverme tampoco puedo). No tengo fuerza ni para usar el control remoto. Ya fue, miro lo que esta puesto. National geographic. Un embole!
Domingo. Me sigue doliendo todo. Maldigo el día en que tomé la decisión de empezar el gimnasio. Como pude ser tan tonto. Si tuviera un poco de fuerza iría a la primera iglesia que encuentre, de la religión que sea, a agradecer que es domingo y que no tengo que ir al gimnasio y ver a la raquítica que me hace hacer esas “rutinas” y que me mintió diciéndome que el gimnasio me iba a hacer bien. Hace una semana que llego tarde a trabajar, no tuve sexo, me duele hasta el culo, gasto 6000 pesos de taxi por día porque al colectivo no me puedo subir… ¿Eso es lo bien que hace el gimnasio? ¿Eso es todo lo bueno que produce? Gracias paso, prefiero tener una vida de morondanga, seguir comiendo lo que a mi me gusta, alimentar mi panza y no tener que ir a un gimnasio.
La peor semana de mi vida!!!
CHEBO.
[Basado en una historia real que nunca sucedió]
Martes 6:20 otra vez el despertador. Me duele la mitad del cuerpo, pero me levanto enseguida, hay alguien que me espera en el gimnasio y no le puedo fallar. Desayuno, ropa deportiva, me cago de frío en el camino y al gimnasio. Otra vez bici, agregamos 20 minutos de cinta y nuevos ejercicios. La sigo sorprendiendo y contemplando a la vez.
Miércoles y el maldito despertador suena 6:20. No me puedo mover. Tengo el cuerpo duro, me duele todo. Fue prácticamente imposible lavarme los dientes porque casi no puedo apretar el dentífrico. No intento abrir la ducha porque se que no voy a poder. Pero bueno, se que va a estar ella en el gimnasio así que emprendo viaje hacia allí. Llego arrastrándome, pero enseguida la veo y actúo como si nada me doliera. Me dice: “y? como vas? Con algún dolorcito?”. Le contesto: “no, no. Apenas un poco acá” y me señalo el pecho. Después de hacerle creer que estuve 15 minutos pedaleando y que corrí por 20 minutos me dice: “hoy hacemos piernas”. Lo que me faltaba! Ahora si que la completo.
Jueves 6:20 y el despertador que suena. Hasta el alma me duele. No siento nada. Hoy no camino hasta el gimnasio ni loco. En eso escucho Pip pipipipip pipipipipipipip pipipipipipipipipipipipipipip me quede dormido y la p#@%*&!!!!! Hago todo lo más rápido que puedo y me tomo un taxi. Llego media hora tarde al gimnasio y ahí estaba ella esperándome. Mira el reloj y con una mirada pícara me dice: “nos quedamos dormidos?”. Desde cuando dormimos juntos?? Porque no te preocupas un poco por tus cosas que yo me encargo de las mías flaca escurrida! En el trabajo me cargan todos, no soy el mismo de antes.
Viernes 11:00 llego al trabajo. Sí, eran las 11 de la mañana y llegaba una hora tarde a laburar. ¿El gimnasio? No fui, y qué. No se porque habré creído eso de que el gimnasio hace bien, que la buena vida y todo eso. Yo estoy hecho un trapo, me duele todo, tengo mal humor todo el día y estoy a punto de perder el trabajo que tanto me costo por un gimnasio de miércoles (miércoles, martes, jueves, lunes, viernes, sábado).
Sábado 12:00 prendo el celular y me encuentro con un mensaje de Rosana retándome porque no fui al gimnasio ni ayer ni hoy. Y a vos que carajo te importa flaca! Estas re loca si pensas que te voy a hacer caso, además sos una creída y te andas haciendo la linda por ahí, rubia teñida. No me puedo ni vestir y vos querés que siga rompiéndome en el gimnasio. Aprovecho que no me puedo vestir y que es sábado y decido quedarme en la cama (porque obviamente moverme tampoco puedo). No tengo fuerza ni para usar el control remoto. Ya fue, miro lo que esta puesto. National geographic. Un embole!
Domingo. Me sigue doliendo todo. Maldigo el día en que tomé la decisión de empezar el gimnasio. Como pude ser tan tonto. Si tuviera un poco de fuerza iría a la primera iglesia que encuentre, de la religión que sea, a agradecer que es domingo y que no tengo que ir al gimnasio y ver a la raquítica que me hace hacer esas “rutinas” y que me mintió diciéndome que el gimnasio me iba a hacer bien. Hace una semana que llego tarde a trabajar, no tuve sexo, me duele hasta el culo, gasto 6000 pesos de taxi por día porque al colectivo no me puedo subir… ¿Eso es lo bien que hace el gimnasio? ¿Eso es todo lo bueno que produce? Gracias paso, prefiero tener una vida de morondanga, seguir comiendo lo que a mi me gusta, alimentar mi panza y no tener que ir a un gimnasio.
La peor semana de mi vida!!!
CHEBO.
[Basado en una historia real que nunca sucedió]