Sabados por la noche

20:30 es un buen momento para darse una buena ducha. Elegir cuidadosamente la ropa a utilizar según circunstancias y situaciones; un buen perfume y el peinado perfecto.
Noche de sábado, que noche!! Muchas son las posibilidades pero el común de la gente no se mueve con más de un puñado de ellas.
Hay quienes se reúnen a comer con amigos, están los que se juntan en alguna casa quincho o departamento en especial. Están los que van de casa en casa. Los que se juntan en un pub o bar para hacer lo que hoy en día se denomina “previa”. Hay quienes terminan en un boliche casi obligatoriamente. Están quienes prefieren mirarse alguna peli. Hay quienes juegan al TEG. Quienes se toman un cafecito. También está aquel que simplemente descansa.
Me imagino una noche en mi ciudad:
Previa con amigos, mucho chupi, demasiado se podría decir. Solo hombres, las mujeres esperan en el boliche. Cartas. Cigarrillos. Celulares sonando y sonando. Risas. Fotos. Historias. Anécdotas. Cuentos. Carcajadas.
El tiempo pasa muy irregularmente, a veces rápido, otras lento. Pero el tiempo avanza y se acerca la hora. Ya a las 3 alguno ansioso propone la partida, no hay quórum. Un rato después ya hay más de uno con ganas de mover. Sale una vuelta por el centro!! Vueltas y vueltas, recorrida por boliches y puntos de la ciudad. Alguna que otra tirada de autos, quizá motivadas por el alcohol. Algunas maniobras no recomendadas. Guiñes, señas de luces, bocinas, freno de mano. Se bajan dos vidrios, y un simple “vamo” acompañado con un movimiento de cabeza llevando la pera hacia la izquierda (o derecha) y la nuca hacia el hombro derecho (o izquierdo) al momento de levantar las cejas, son suficientes como para entender que llegó el momento de ir a bailar.
20 minutos para encontrar estacionamiento. Cola de media hora como mínimo para entrar (esta oración se puede suprimir si algún integrante del grupo tiene algún contacto que posibilite la entrada sin cola). Otra ronda de bebidas alcohólicas en la barra. Ya la vista está nublada, parece astigmatismo. Mucha gente conocida. Muchos amigos, muchas amigas. Saludo va, saludo viene. Te encontrás con gente que no veías hace mucho tiempo.
A una hora de haber entrado la noche pide pista. El cuerpo pide baño, entonces una parada obligada a descargar un poco el alcohol. Ente empujones y forcejeos se logra llegar a la pista. Rondita de amigos, pasito para acá y pasito para allá.
Empiezan a caer las novias de quienes afortunadamente o desafortunadamente están de novios. El grupo se va reduciendo. Cada vez quedan menos. Es el momento. Hay q ir en busca de una compañera de baile.
Una nueva ronda de tragos y al “ataque”. El piso casi se mueve solo y no logras entender por qué, los ojos van de acá para allá. La ves: ahí esta ella, radiante como siempre, con ese movimiento de cuerpo que te es imposible imitar… pero gracias al alcohol te soltás e intentas seguirla (90% de las veces terminan en ridículo). No te importa nada mas que ella, y notas como te mira. Pensás “Bien bien, vamos bien. Hay q seguir así” (ese es el momento en que si fueses foca te darías un pescadito más). Vas bien. Parece que hay onda. La sacás a bailar. Palabras que van y que vienen, susurros, miradas que se cruzan, sonrisas, risas.. en eso sostenes la mirada en esos hermosos ojos que tiene y …


“Ahh si, es mi turno… perdón me quede colgado esperando que Martín ponga la ultima fichita… Bueno, de Brasil a Uruguay… tiro con 4 porque duplico”
(como verás soy de esos que se junta a cenar con amigos pero no vamos bailar. Es muy raro que salgamos al boliche. Preferimos jugar TEG. Un hermoso juego, apasionante, pero tiene un problema: colocar la última fichita de ejércitos… es la ficha mas difícil… es la que puede cambiar el destino del juego. Un ejército más en el país indicado puede ser crucial)

CHEBO.

[El alcohol al volante mata. Si Tomás no manejes, si manejás no tomes.
Bebé con moderación].